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Seres del otro plano
La Bóveda Espiritual

En el plano astral existen seres que podemos clasificarlos como vivos o muertos en el plano físico, es decir, personas encarnadas que todavía poseen cuerpo físico y ya desencarnadas y por lo tanto residentes temporales en el plano astral. Tenemos las siguientes:

EL MAESTRO Y SUS DISCÍPULOS

Aquí se encuentran los estudiantes de ocultismo de cualquier parte del mundo pertenecientes a distintas escuelas de misterios, asociaciones, logias, etc. haciendo «prácticas» con sus respectivos maestros espirituales. En este caso para moverse a través de los subplanos se utiliza el cuerpo mental revestido de materia astral, porque ya se ha conseguido la habilidad de manejar sendos cuerpos y de transferir las lecciones correctamente de uno a otro.

PERSONAS DESARROLLADAS PSÍQUICAMENTE

Estas personas desarrolladas son individuales, ya no están bajo la guía de un maestro. Pueden ser individuos desarrollados espiritualmente o no, ya que una cosa no va de la mano de la otra( por ejemplo, las personas que nacen con facultades psíquicas).

Dependiendo del empeño que le ponga en desarrollar su facultad o del estudio que le dedique, se desenvolverá astralmente con mayor o menor facilidad. No obstante , sin el consejo de un maestro es muy difícil no dejarse engañar por lo que perciben nuestros sentidos en este mudo, resultando que los recuerdos de la experiencia suelen estar bastante lejos de la realidad y se pierden en el olvido.

Tampoco se sabe utilizar correctamente el cuerpo mental.

PERSONAS COMUNES

Dentro de este grupo se encuentra la inmensa mayoría de la humanidad durante las horas del sueño nocturno. El cuerpo astral de la gente » dormida» de conciencia flota más o menos consciente mientras el cuerpo físico reposa en la cama. La corriente astral lo va trasladando, y durante su curso puede encontrarse con otros cuerpos astrales de parecida condición e interaccionar con ellos, lo que da lugar a los sueños que recordamos por la mañana.

EL MAGO NEGRO Y SU DISCÍPULOS

En este caso tenemos lo mismo que en primer grupo , pero con objetivos opuestos. En el primer caso teníamos a los grupos que aplican su estudio y conocimiento al progreso de la humanidad, y en este a los magos que aplican sus fuerzas para conseguir fines egoístas.

Como ejemplo puedo citar a los dugpas del Tiber, de la secta ninmapa o del casquete rojo, que aunque no son los únicos, entre sus abyectas hazañas se encuentra el haber apoyado la empresa de Hitler en su momento.

HABITANTES HUMANOS MUERTOS

Entiéndase a los seres humanos que temporalmente carecen de cuerpo físico, pues, es cierto que siempre estamos «vivos», ya sea en un plano u otro. Y hay que decir que los que nosotros llamamos vulgarmente «muertos» están a menudo más vivos que nosotros. Los siguientes son:

Los Nirmânakâyas

Estos son seres muy excelsos que raramente se dejan ver por el astral, pero los menciono para dejar constancia de su existencia.

Los discípulos en espera de reencarnar

Aún no son muy numerosos en el actual estado evolutivo de la humanidad, aún así su número va aumentando poco a poco. Estas son personas de pura conducta, altos pensamientos y fuerzas espirituales de extraordinaria intensidad. Se encuentran en el astral llevando a cabo tareas encomendadas por su maestro, mientras esperan el momento oportuno para encarnarse. Entretanto, continúan su proceso evolutivo, ahora sin el estorbo de la fatiga del cuerpo físico.

Los seres humanos después de la muerte

Esta clase es mucho más numerosa que todas las que hemos visto hasta ahora. El carácter, la condición y el tiempo que pasan los individuos una vez desencarnados en el plano astral difiere notablemente entre unos y otros. No obstante, todos tenemos que consumir nuestros deseos siniestros en este plano. La densidad del cuerpo astral va disminuyendo a media que sube de nivel, y únicamente se detiene cuando la densidad es la misma que la de la materia del subplano.

Las fuerzas desintegradoras actúan sobre él destruyendo la materia de los planos inferiores, de modo que el «Ser», la chispa divina o como queramos llamarlo, se va elevando cada vez más( esto es a lo que se refieren muchas entidades en las sesiones espiritistas cuando dicen que están a punto de elevarse).

En la inmensa mayoría de los casos, la pérdida del cuerpo físico no altera el carácter moral e intelectual del individuo, y de aquí que entre los habitantes desencarnados del mundo astral haya la misma variedad de mentalidades y moralidades que observamos en el mundo físico.

La sombra

La sombra es una entidad formada por el cuerpo astral que se está desintegrando, más una porción del cuerpo mental inferior o mente concreta. No siempre sucede que se mezclan los dos cuerpos, esto sólo acontece en el caso de que difunto haya tenido una vida muy materialista y se haya entregado a sus más bajas pasiones y deseos. Como es muy difícil separar su deseo pasional del pensamiento en el mismo, una porción del cuerpo mental queda entretejida al cuerpo astral.

La sombra conserva las características y la memoria del individuo, pero es un reflejo de sus cualidades más inferiores, por lo que muchos la atribuirían a la aparición de la persona fallecida. Su duración varía según la cantidad de materia mental que contenga. Es susceptible de ser utilizada por magos negros para sus fines.

El cascarón

Es el cuerpo astral en la última fase de desintegración, cuando ya no le queda ninguna partícula de materia mental. Carece por completo de inteligencia, pero puede ser animado por un médium y reproducir las muletillas e incluso la letra de la persona desencarnada.

Una variedad sería el cascarón vitalizado, que como su nombre indica se trata del cascarón animado por el artificial elemental que lo anima( los pensamientos que repetidamente y de un modo constante ocupan la mente de aquellos que los mantienen) También sirve de instrumento en la magia negra. Hay que señalar que en el aura astral de la humanidad se encuentran en grandes cantidades, los cuales, sin que el ser humano se dé cuenta, le succionan la energía psíquica y le hacen receptible a enfermedades físicas, la desequilibrios emocionales y a ilusiones y perturbaciones de carácter mental.

Suicidas y victimas de accidentes.

En este caso nos encontramos con personas que se han ido «mentalizando» sobre la próximidad de su muerte, por lo que en la mayoría de los casos no se han debilitado sus deseos por las cosas materiales y su cuerpo astral todavía está muy «cargado». En el caso de los suicidad, incluso se pueden distinguir varios «grados», pues hay gente que se quita la vida por ejemplo para eludir el castigo a un crimen que han cometido o los que lo llevan a cabo por sus circunstancias vitales.

En el caso de los individuos más apegados a la materia, se verán atraidos por la capa más cercana del astral a nuestro plano físico. Sin embargo, los que mueren de accidentes y han tenido durante su vida una noble y recta conducta, no tienen tendencia a este subplano, pasan el tiempo que tengan que permanecer allí » en feliz ignorancia y completo olvido, o en un estado de tranquila somnolencia llena de rosados sueños.

Vampiros y lobos

Decir que como en todas las leyendas, hay un trasfondo de verdad. Mediante artes mágicas negras, un suicidad puede eludir el paso por la octava esfera convirtiéndose en un vampiro. En el caso del hombre-lobo, también es necesario el conocimiento de la magia negra para proyectar el cuerpo astral, existiendo la posibilidad de que se apodere de él otra entidad astral y lo materialice en forma de animal salvaje. Ahora es casi imposible encontrarse con alguna de estas entidades cuando estamos explorando el astral, además de que su manifestación sólo es posible en las inmediaciones del cadáver del que fue su cuerpo físico.

El mago negro negro y sus discípulos

Tenemos aquí el extremo opuesto al discípulo que espera reencarnarse. Los practicantes de magia negra prolongan su estancia en el plano astral para llevar a cabo distintos objetivos, pero en todo caso siempre lo hacen sustrayendo la vitalidad de otros seres humanos por medios de horrible índole.

HABITANTES NO HUMANOS DEL PLANO ASTRAL

En esta parte entran entidades que pertenecen a nuestra línea de evolución, es decir, que han sido o serán seres humanos. Algunas se pueden considerar inferiores al hombre, otras lo igualan y también las hay que nos superan en bondad y en poder. Así tenemos:

La esencia elemental perteneciente a nuestra evolución

El cuerpo astral de los animales

Los espíritus de la naturaleza

Los devas también llamados hijos de Dios o ángeles

HABITANTES ARTIFICIALES DEL PLANO ASTRAL

Nos vamos a adentrar en una categoría muy difícil de clasificar, pues estas entidades difieren entre ellas como pueden diferir los pensamientos o las opiniones entre una persona y otra. La única división posible es clasificarlos en elementales formados inconscientemente por la humanidad y los creados por ocultistas, magos y gente preparada para hacerlo. Los he clasificado en tres arquetipos más al principio y dos al final que son bastante frecuentes también.

En importante aclarar que la relación que tenemos con ellos, pues son seres que hemos creado nosotros lo queramos o no, a los que estamos ligados por lazos kármicos y que influyen en nuestras vidas de una forma u otra.

  • Larvas: Se conocen con este nombre a las pequeñas concentraciones de materia astral creadas por los bajos deseos de los seres humanos. Pueden adoptar forma de gusano y pequeños reptiles y se pueden ver frecuentemente pegados al aura de gente de bajos nivel espiritualmente hablando.
  • Las formas psíquicas de las enfermedades: En el plano astral también podemos encontrarnos con las formas que adoptan los sufrimientos psíquicos de las personas que padecen cualquier enfermedad, desde las más leves a las llamadas incurables. El sufrimiento en todas sus infinitas variedades, produce una reacción en los seres del espacio, y la materia stral, que constituye el nivel en donde se manifiesta, se agrupa creando vórtices de energía y atrayendo a su centro de radiación toda clase de substancia psíquica que entra dentro de su campo vibratorio, hasta adquirir una forma organizada con carácter propio y entidad independiente que a la vista del cualificado oservador aparece como perteneciente a tal o cual tipo de enfermedad o dolencia física. El dolor morar también adopta su forma característica. Todas estas emociones puede decirse que constituyen avenidas de entrada en el cuerpo físico denso, a través del vehículo etérico, de casi todas las lesiones o enfermedades de tipo orgánico que padece la humanidad.
  • Los lemures: Se les da el de lemures dentro del ocultismo a las formas psíquicas de los deseos sexuales, el miedo y el egoísmo. Estas potentes pasiones han sido alimentadas por la humanidad desde su mismo nacimiento, razón por la cual subsisten como formas poderosas en el plano físico, astral y hasta mental, constituyendo fortísimas estructuras psíquicas que condicionan la vida psicológica de la humanidad. Expresiones del deseo sexual pueden ser los conocidos incubus y súcubos, que también pululan por el plano astral esperando a alguna victima que se deje influenciar por ellos. Pero también existen otras formas más repugnantes aún, como las figuras que se arrastran pesadamente por los mas densos niveles bajo la forma de una especie de pulpos gigantes de aspecto viscoso, color marrón oscuro casi negro y ojos verdosos o rojizos de apariencia vidriosas, extendiendo sus tentáculos hacia el aura astral de las personas desenfrenadamente lujuriosas y penetran en sus vehículos etéricos condicionando la imaginación y el pensamiento a imágenes lúbricas, obscenas y concupiscentes. Tales influencias impiden lógicamente la correcta orientación mental y un adecuado equilibrio de los valores psicológicos del ser humano, lo cual repercute dolorosamente en los ambientes familiares y sociales en donde corrientemente desenvuelven sus existencias kármicas. Respecto al miedo y al egoísmo, las formas que pueden adquirir son múltiples y no tiene porqué corresponder a la human, desde luego, ya que se manifiestan de muchas maneras y pueden mostrar muchas caras.
  • Los elementales formados inconscientemente: Estos son los elementales que continuamente estamos creando con nuestros pensamientos y deseos. Lo más normal es que duren sólo unos minutos o a lo sumo unas horas, dependiendo del impulso en forma de vibración que reciben. Pero como la vibración es vida, si un determinado deseo ocupa nuestros pensamientos con frecuencia, acabamos creando un elemental muy potente, que tenderá a unirse a otros de su misma índole en el astral formándose auténticos artificiales con vida propia que ya no dependen de sus creadores, sino de la intensidad de los pensamientos que les dieron vida. Como la mayoría de los pensamientos que tenemos al cabo del día son referentes a nosotros, estamos rodeados continuamente de ellos y de su influencia más o menos perniciosa. Incluso digamos que llegan a instigar a la persona para que reproduzca las mismas vibraciones que necesita para sobrevivir. Por supuesto, su influjo también alcanza a la persona sobre la que vayan dirigidas nuestras plegarias o nuestras emociones. La persona cuyos pensamientos y deseos sean malignos, rencorosos, avarientos y hostiles, va por el mundo llevando consigo una pestilente atmósfera poblada por las repugnantes entidades que formó para que fueran sus compañeros. Cabe decir que los sentimientos amorosos y amigables tienen el efecto contrario. Si el sentimiento es persistente, el elemental recibirá un nuevo estímulo y podrá prolongar su vida mientras persista el sentimiento que lo engendró. Sin embargo, el mal deso o el siniestro pensamiento no tendrán eficacia alguna si la persona a quien va dirigidos no vibra ni pretende vibrar en la siniestra tónica del elemental formado por tan morbosas emociones, es decir, que la persona malquerida no proporcionará punto de apoyo a la potencia del elemental cuya influencia rechazará como un broquel el aura del individuo de puros pensamientos y recta conducta, por no hallar sitio en donde fijarse y entonces por ley mecánica reaccionará contra quien lo emitió, donde encontrará motivo de actividad, de suerte que el individuo quedará herido por sus propias armas. Los elementales son capaces de vitalizar cascarones astrales para prolongar su vida y sus acciones a este nivel.
  • El Guardian del Umbral y el Tentador : Es la primera imagen que aparece ante el fallecido una vez incorporado a la vida en el plano astral. El impacto, normalmente desagradable, depende de la envergadura del artificial generado. Un ser que hubiese llevado una vida marcada por las bajas pasiones y el enfrentamiento, habrá generado un artificial monstruoso, fiel reflejo de sus monstruosidades, que le estará esperando tan pronto abra los ojos a la nueva vida. De aquí se puede intuir que aquello que llamamos infierno no es sino el enfrentamiento con los sucesivos artificiales perversos que reflejan ese aspecto de la personalidad, el encuentro con una parte de nuestro yo. El Tentador, por su parte, es la figura de otro artificial generado exclusivamente por los deseos repetidos por el individuo y que , una vez desarrollado, es capaz de movilizar las energías internas de este en orden a la satisfacción de tales deseos.

Espero les haya gustado. Espero sus comentarios.

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